Mi querido amor,
Cuando vayas a la tierra dónde a matar te enviaron, ¡descálzate primero y siente la tierra bajo tus pies! ¿Acaso no es la misma que dejas atrás?, esa a la que ya nunca volverás porque decides que tu destino sea romperte de un tajo ante cualquier esquina.
Mi querido amor,
Cuando salgas a combate. ¡Huye! ¡Se cobarde! NO permitas que te conviertan en un lastre de humillación y miseria, porque para ti no habrá medallas, otros, aquellos que te empujan hacia el fin, ya las han vendido en el nombre de tus hijos y están comprando lápidas con ellas.
Mi querido amor,
¡Mira al cielo! ¿Crees que callará para siempre?
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