sábado, 7 de febrero de 2009

CANTANDO BAJO LA LLUVIA

Dos gotas de agua reposadas en un cerezo esperan a sus hermanas. Se miran audaces y enfrentan el reto cantando viejas canciones de infancia. Una tararea una estrofa y la otra continúa azarosa poniendo el movimiento a las palabras. Apenas un baile se dibuja en su silueta acuosa. Ufffff!!! a punto estuvo de licuarse toda junto a una flor blanquecina que se aupaba elevando sus pétalos para no perder el compás de ese dúo insólito ... pero, supo mantenerse flexible en la rama para volver a su centro.

De repente parecía salir el sol desde cualquiera de sus madres que les dio cobijo -dios sabe desde cuando- Al fin veían la luz, pero sólas no eran nada más que dos gotas de agua expuestas a todo tipo de suerte. Un gélido viento que apuntaba del norte no mostraba señal de clemencia en separarlas... y, entonces, nada más que una gota esperando a la tropa... si llega, allí dónde el viento quisiera llevarla.

El sol decidió echar una cabezadita ofreciendo un rato más de regalo a dos pobres gotas que impacientes ya se arrepentían de haber sido las primeras en salir de las masas vaporosas. Ya se secaban el sudor de sus frentes y restregaban el miedo que las dejó en un hito, contra las hojas y, en éstas, que irrumpió bajo el cerezo una lluvia tormentosa que las congregó a todas, chorreando sus vivarachos cuerpos por un tobogán de cielo negro.

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